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Revista Filipina
Segunda Etapa. Revista semestral de lengua y literatura hispanofilipina.
2023, volumen 10, n
úmeros 1-2

Artículos y Notas


LA PARTICULARIDAD HISTÓRICA DE
FORMOSA EN LA EDAD MODERNA:
HOLANDESES, ESPAÑOLES Y CHINOS


LUIS M. LALINDE
Universidad Internacional de Valencia


A pesar de la cercanía geográfica del territorio insular al continente, es bien conocida la particularidad que supone la tardía conquista china de la isla, llamada ‘ilha Formosa’ por los portugueses e ‘isla Hermosa’ por los españoles. El nombre de Taiwán proviene más bien de la denominación antigua japonesa1. Después de las ocupaciones parciales por parte de holandeses en el suroeste (1624-1663) y españoles en el norte (1626-1642), la isla fue en el siglo XVII ocupada por la dinastía Qing (Borao, 2009:56).
…..Los holandeses se hicieron con el sur de la isla de Formosa con el propósito de mejorar su posición comercial en el Mar de China, así como hostigar a los españoles que deseaban comerciar con China desde su colonia de las Filipinas, siendo la isla un punto clave para tal fin. En 1663 acabará su presencia en Taiwán al ser expulsados por Zheng Chenggong que establecerá un reino en dicho enclave (Borao, 2009).
…..Por otro lado, los españoles, desde las Filipinas, conquistaron y ocuparon durante dos décadas la parte septentrional de la isla, estableciendo una institución conocida como Gobernación de Formosa (o isla Hermosa), con capital en la Santísima Trinidad (actual ciudad de Keelung), y que estaba adscrita y sujeta a la Capitanía General de Filipinas y dentro del Virreinato de Nueva España (el imperio español inició la conquista de Filipinas en 1565 de la mano de Miguel López de Legazpi2). Hoy en día tan sólo queda el vestigio de un castillo, denominado San Salvador (en la isla de Heping), que da fe de la presencia española en tales lares (Borao, 2009:56).
…..Por otra parte, en cuanto a China, lo cierto es que el régimen chino nunca prestó interés a la isla, por la difícil navegación desde el continente, y por estar habitada por combativos nativos. Tanto es así, que si la conquistó fue más bien porque estaba gobernada por un líder militar, hijo de un pirata chino y una japonesa, llamado Zheng Chenggong3 (el famoso Koxinga, para los occidentales), que expulsó a los europeos y se erigió en el último enemigo de los manchúes tras su alianza con la dinastía Ming frente a los venideros Qing (Ollé, 2004:24). Es decir, la isla entró en la escena china como consecuencia de su advenimiento en un conflicto “chino” por ver qué dinastía se hacía con la corona. Zheng se aliaría con la gobernante dinastía Ming, genuinamente china, que perderá el envite contra los manchúes.

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Fig. 1: Plano del puerto de los españoles al norte de la isla de Taiwán en el s. XVII
[extraído de Daniel García (2016)]

…..De esta manera, con la derrota de Zheng (1683), que había creado el reino de Tungning (1662-1683), Taiwán pasó a formar parte del Imperio chino, cuyo interés sobre la isla tan sólo se limitaba a que no representase coste alguno para las arcas chinas, dada la tradicional piratería imperante en sus aguas; o, por otra parte, un foco de resistencia contra los manchúes como lo había sido hasta ahora de la mano de Zheng (Martínez-Robles, 2014:5).
…..A causa del escaso valor dado por las autoridades Qing, habrá una tenue y débil administración china en la isla, como demuestra el hecho de que no se convertirá en provincia independiente de Fujian4 hasta 1885, tan sólo diez años antes de pasar a ser colonia de Japón con el Tratado de Shimonoseki 5 que ponía fin a la Primera Guerra sino-japonesa. La ocupación japonesa durará hasta 1945 y tendrá un impacto considerable sobre la población local. Es más, el impacto que tendrá la Segunda Guerra Mundial en el imaginario popular, así como la memoria histórica acerca de esta, nada tiene que ver con la de sus homólogos chinos continentales. Y es que la sociedad taiwanesa en esas fechas se encontraba fuertemente dividida entre dos colectivos, ya sea a favor de los japoneses o de los chinos. Así que la memoria de la guerra tiene un cariz de decepción tanto para unos como para otros.
…..De este modo, tenemos una parte de la sociedad taiwanesa que ya se había adaptado a la cultura japonesa (siendo esta bilingüe, puesto que había nacido ya bajo dominio del Imperio japonés); y sobre todo porque en 1940 se había iniciado una liberalización de los poderes autóctonos que llevarían a convertir a Taiwán en una prefectura japonesa más, con pleno derecho y representación en la Dieta o parlamento nipón (Martínez-Robles, 2014:16). Se consumaba una plena adhesión al Imperio japonés que desde hacía décadas ambicionaba una buena parte de los dirigentes taiwaneses debido a la prosperidad y desarrollo que había acarreado la colonización nipona.
…..En cambio, otra parte de la sociedad anhelaba el regreso a China, que una vez hecho realidad, supuso toda una decepción. En palabras de la politóloga Yu-Ting Lu:


La percepción taiwanesa y china sobre la reunificación era muy distinta. Mientras para los taiwaneses se trataba de un regreso a China, para el Kuomintang se trataba de una reconquista de un territorio chino que había estado en manos del enemigo. De hecho, la consolidación del poder republicano conllevó la instauración de un clima de desprecio hacia los taiwaneses por parte de las nuevas autoridades. Una buena muestra del clima imperante fueron las declaraciones del general Ge Jingen, afirmando abiertamente que Taiwán en la medida que había sido un territorio periférico a la civilización china, constituía un territorio (Lu, 2010:71).



…..Estas declaraciones, junto a la enorme japonización6 de la sociedad taiwanesa, hacen que el tema de la Segunda Guerra Mundial quede en un segundo plano en las relaciones con Japón (a excepción de las comunidades aborígenes que fueron obligadas a alistarse7). Es decir, no existe el llamado “Problema de la historia”8 (Rekishinomondai, 歴史の問題), al igual que en la China continental porque su papel durante la contienda fue diametralmente opuesto. Es más, un número considerable de taiwaneses prestaron servicio al Ejército Imperial Japonés y fueron también protagonistas de las atrocidades perpetradas por dicha milicia en suelo chino. Es algo que los líderes chinos, también los del Guomindang, tendrán muy presente en el momento en que la isla regrese a soberanía china con la finalización de la Segunda Guerra Mundial y acorde a los postulados de la Declaración de El Cairo.
…..No obstante, Taiwán ha sido independiente de facto desde la llegada del KMT, liderado por Chiang Kai-shek9, tras su derrota en la guerra civil frente al PCCh de Mao Zedong. No en vano, el Guomindang se refugió en la isla y no reconoció el gobierno de Pekín como legítimo gobierno del pueblo chino, puesto que aún se autodefinían como los verdaderos dirigentes de China (Ollé, 2004:34).

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Fig. 2: Chiang Kai-shek
[Biblioteca Nacional de España]

…..En definitiva, y por todo lo anteriormente expuesto, existen argumentos por los cuales Taiwán puede reivindicar su independencia debido a que su pertenencia a China fue tardía y de baja intensidad, políticamente hablando. Aún en mayor grado si tenemos en cuenta el proceso de aculturación nipón y la independencia de facto que ha disfrutado después, como consecuencia de las luchas “internas” chinas. Además, poseen el valor simbólico del reino de Tungning, anterior a la conquista del Imperio chino. Por no hablar de las distintas etnias autóctonas que alberga la isla, con sus respectivos idiomas y dialectos, alejadas del mundo chino, y que son, antropológicamente, el inicio de los pueblos austronesios, que se extienden desde Madagascar a la isla de Pascua.
…..Por otra parte, China puede reivindicar, y de hecho lo hace, que Koxinga era chino y el reino que fundó también estaba sustentado por chinos de la etnia Han. Además, arguyen que Koxinga expulsó a los europeos por el bien de China. Pero más allá de este hecho, ciertamente anecdótico en un mar donde imperaba la piratería, tanto de chinos como de japoneses, durante más de 200 años ininterrumpidos perteneció a China, siendo arrebatada la isla por el imperialismo japonés que, una vez vencido, devolvió a China la soberanía de dicho enclave en honor a los tratados internacionales suscritos (principalmente el Tratado de San Francisco de 195110). De esta forma, la soberanía china sobre la isla parece estar fuera de toda duda, y es reconocida por la comunidad internacional que, de forma mayoritaria, sólo acepta a Pekín como verdadero gobierno de la nación china.
…..En definitiva, la situación de Taiwán es compleja debido al sentimiento de desapego, e incluso de identidad nacional, que se ha asentado en la isla en detrimento de sus lazos con la China continental. No en vano, los independentistas taiwaneses, cada vez más numerosos11, ponen en tela de juicio su vinculación histórica con China y, por ende, desean situarse como un actor o nación independiente en la escena internacional. Eso sí, por ahora, con escaso éxito legal, que no nominal. Sea como fuere, se trata de una problemática compleja que, cuando menos, precisa de diálogo y altura de miras por ambas partes para que no desemboque en una situación de imprevisibles consecuencias.

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1
Los taiwaneses más cercanos a Japón que a China, argumentan que el nombre de ‘Taiwán’ fue dado por los comerciantes japoneses en los siglos XIV y XV que se asentaban en Tainán. Los chinos nombraban a la isla Pakkan y, por su parte, los japoneses Daiwan y que se traduce como “Gran Bahía” (Ríos, 2005:146), y se pronuncia tal cual lo escribimos hoy en día.
2 Miguel López de Legazpi (1502-1572) fue un conquistador y marino español que alcanzó el rango de almirante. Conquistó Filipinas para la corona española a partir de 1565 con la fundación de la ciudad de Cebú y posteriormente de Manila en 1571. Con el establecimiento de los españoles en dichos lares, Miguel López de Legazpi se erigió en el primer gobernador de la Capitanía General de las Filipinas (Prieto, 2019:109).
3 Zheng Chenggong (1624-1662), conocido como Koxinga por la occidentalización de un sobrenombre suyo, nació en Hirado (Japón) y se hizo célebre por expulsar a los europeos de Taiwán, alinearse a favor de los Ming en su lucha contra los manchúes y por fundar el reino de Tungning en Taiwán (1662-1683).
4 Fujian es una provincia del sureste de China situada entre: Zhejiang (norte), el estrecho de Taiwán (este), Jiangxi (oeste), y Guangdong (sur).
5 Ambas potencias asiáticas, China y Japón, dirimirán sus diferencias en la Primera Guerra sino-japonesa (1894-1895), que significó el fin de la consideración de China como eje central o “Reino del Centro” de Asia Oriental a favor de Japón y, lo más importante, la destrucción total de su flota. Desde entonces, el Imperio japonés se erigirá como la potencia asiática dominante. Además, tal victoria nipona, rubricada en el citado Tratado de Shimonoseki (1895), estipulaba que China otorgaba a Japón: la isla-provincia de Taiwán, las islas Pescadores y la península de Liaodong. Aparte China aceptaba la plena independencia de Corea, así como se comprometía a pagar los costes de la guerra. Y por si esto no fuera poco, también se firmó una cláusula por la que Japón era reconocido con el mismo estatus alcanzado por las potencias occidentales (Reischauer, 1990:129).
6 Taiwán fue colonia de Japón durante un período de cincuenta años entre las llamadas dos guerras sino-japones, desde 1895 hasta 1945. En dicho período las autoridades de Tokio hicieron todo lo posible por japoneizar a los taiwaneses, empezando con la enseñanza de su idioma.
7 Los aborígenes exigen disculpas e indemnizaciones a Tokio por los combatientes nativos que fallecieron en la Segunda Guerra Mundial, donde lucharon en contra de su voluntad por medio de un alistamiento forzoso. También exigen que sus lápidas sean retiradas de Yasukuni. Estas peticiones quedan reflejadas por la comitiva liderada por la diputada aborigen Kao Chin Su-mei (1965-), que se trasladó a las autoridades niponas tales demandas junto al colectivo de guerreros kaosha. A estas críticas claramente e interesadamente, al fomentar el nacionalismo y los lazos entre las dos orillas del Estrecho de Taiwán, se suma la República Popular de China (Ríos, 2005:146).
8 Consiste en la “suavización” del papel de Japón durante la Segunda Guerra Mundial, y que se puede interpretar como un revisionismo histórico (Hagström, 2009:229). Esto se ve reflejado en algunos libros de texto, donde se omiten palabras como “masacre” a favor de “incidente” de Nankín, o simple y llanamente se eliminan los temas más espinosos como la guerra bacteriológica o las mujeres de consuelo. El problema de la historia se introdujo por primera vez en la escena bilateral entre Japón en 1982, cuando los periódicos japoneses denunciaron que el ministerio de educación pidió cambiar el término “invasión” por “avance” durante la Segunda guerra sino-japonesa. En este sentido, para superar las discrepancias, se estableció los “Estudios Conjuntos de Historia” entre China y Japón (2006-2009) para acordar los contenidos de los libros de texto sobre estos hechos, como por ejemplo en lo referente al número de víctimas que provocó el ejército imperial en China, donde esta última los eleva por encima de los 35 millones y Japón se remite a los “Tribunales de Tokio” que las sitúa en torno a 2 millones (Murakami, 2011:44-46).
9 Chiang Kai-shek (1887-1975). Líder del Partido Nacionalista tras Sun Yat-sen, liderará la China continental hasta ser derrotado por el PCCh de Mao Zedong en 1949, refugiándose con sus fuerzas en Taiwán y ejerciendo de dictador como presidente de la República de China hasta su muerte en 1975.
10 Tratado de paz entre Japón y las potencias aliadas tras la Segunda Guerra Mundial. En él se establecía la renuncia de todas las posesiones japonesas conquistadas desde finales del s. XIX. Regresando Formosa e islas Pescadores a China. Aunque las islas Ryukyu y otras islas quedaron bajo administración fiduciaria estadounidense.
11 Taiwán está gobernado por un partido abiertamente independentista y por una líder, Tsai Ing-wen, que tiene claro que el futuro de su país debe ser independiente del de la China continental, aprovechando cualquier ocasión para reivindicar dicha independencia, como llamar por teléfono al entonces recién elegido presidente estadounidense Donald Trump. Dicha acción implicó una crisis diplomática entre Pekín y Washington.

Bibliografía

Borao, José Eugenio (2009). The Spanish Experience in Taiwan, 1626-1642: The Baroque Ending of a Renaissance Endeavor. Hong Kong: Hong Kong University Press.

García, Daniel (2016). “La isla hermosa reafirma su pasado español”. [en línea]. El País digital, 11 de agosto de 2016.
URL:<https://elpais.com/cultura/2016/08/10/actualidad/1470855410_516525.html > [Consulta: 19 de mayo de 2023].

García Menéndez, S.; González Huertas, J.R. (2006). Historia de China: día a día en la China Milenaria. Madrid: Libsa.

Hagström, Linus (2009). “Sino-Japanese relations: The ice that won’t melt”
. En International Journal. invierno de 2008-09, pp. 223-240.

Kissinger, Henry (2012).
China. Barcelona: Debate.

Lalinde, Luis M. (2024).
China y Japón: Hechos históricos que marcaron sus relaciones internacionales (en proceso de publicación). Granada: Editorial Comares.

Lu, Yu-Ting (2010). Taiwán: Historia, política e identidad. Barcelona: Edicions Bellaterra (Colección Biblioteca China contemporánea).