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Revista Filipina
Segunda Etapa. Revista semestral de lengua y literatura hispanofilipina.
Invierno 2021, volumen 8, n
úmero 2

RESEÑAS Y COMENTARIOS BIBLIOGRÁFICOS
PDF: Reseña de Recuerdos

Edwin Agustín Lozada,
Recuerdos.
Barcelona, Editorial Hispano Árabe, 2021, 96 pp.
[ISBN: 978-84-122041-3-1]
Stacks Image 308
Dos poemarios de aparición casi consecutiva, Sueños anónimos (2001) y Bosquejos (2002), sacudieron, a comienzos del siglo XXI, el feneciente panorama de una literatura hispanofilipina agostada en el territorio archipelágico. Poca recepción podía tener la expresión en español en Filipinas un siglo después del 98, y pocos se podían esperar, incluido el propio José Rizal, que “Filipinas dentro de cien años” hubiera cambiado tanto, tantísimo, hasta el punto de que esa “juventud filipina” a la que tanto invocó, fuera incapaz de leer sus obras, escritas en una lengua erradicada y abandonada. Pero cien años después, ya no era en Manila, sino en San Francisco —metrópoli de la nación que tan decisiva fue durante ese centenario para mutar la identidad filipina—, donde Agustín Lozada dio a luz dos obras referenciales, como nuevos Noli y Fili, ya no en prosa y con fines políticos, sino en verso y como verdadera elegía, y panegírico, de la pervivencia de una sensibilidad.

….Lozada no pretendía aspavientos ni epopeyas, reproches o lamentos, lo hecho, hecho estaba, y la historia ya se había consumado. Él era ciudadano norteamericano, de estirpe filipina, y sólo quedaba el dibujo borroso de la construcción de un mundo. Ciertamente San Francisco era una cosmópolis, y como ser anónimo entre millones de individuos, Lozada soñó, dibujó un bosquejo, y definió un propósito, lírico, pero firme (como señala en las contracubiertas de sus dos libros): Inspirado por los escritores filipinos del siglo diecinueve, principalmente escribe en español para ayudar a mantener viva una tradición ya poco común de literatura en español por filipinos.
….Desde entonces Lozada nos ha sorprendido con una extraordinaria capacidad de trabajo y compromiso, entrega y dedicación a la cultura filipina, a la expresión artística, al valor más extraordinario que tiene esa parte del ser humano que se llama sensibilidad. Lozada es pieza esencial en hacer que esa Filipinas de hace cien años pueda reconocerse hoy en día, en su lengua y expresión. Además, lo ha conseguido transcendiendo los límites marítimos de las islas, para proyectar una presencia filipina planetaria, global. Filipinas dejó de reivindicar el poder ser provincia con derecho a representación en la carrera de San Jerónimo de la villa de Madrid, para ser una de las naciones más pobladas y dispersas del mundo, con presencia de mga kababayan en cualquier rincón del planeta. Su proyección mundial es asombrosa, pero corre pareja a la mengua, a veces hasta el folklorismo, de su singular personalidad asiática, hispánica, islámica y, en fin, mestiza.
….Todo ello lo ha sabido mostrar Lozada en el esperadísimo tercer poemario que acaba de ver la luz. En efecto, veinte años han pasado desde que sus dos primeras obras revolucionan la literatura hispanofilipina, y preludiaran dos décadas de indudable recuperación. Hoy ya nadie puede arriesgarse a decir, sin temor a ser contrariado, que la literatura hispanofilipina está muerta, que ya nadie sigue la tradición de Rizal, que todo aquello fue fruto de una mentalidad colonial, que en nada tuvo y tiene que ver con la sensibilidad y la expresión filipinas, que el castellano no forma parte del alma filipina. Lozada nos demuestra que estas afirmaciones son, por naturaleza, matizables o erradas, y en setenta páginas nos brinda un cuadro poético de exquisita humildad, pero de rotundo poder. No hace falta entrar en detalles, para ser entendido:





En la calle California yo paso por delante de él: es un bulto azul, anónimo e insensible a su alrededor, está en la acera, contra un muro recién pintado de blanco inmaculado de un Banco de América.

….Por si alguien tenía dudas, la página siguiente insiste en el carácter irreverente sanfranciscano:





yo, tropezando rumbo a la cocina
los dedos arando cabellos anarquistas
esfuerzo de improviso para reafirmar la identidad
buscando sin prisa
el vigor

….Cabe notar el recurso poético de iniciar estrofa con minúscula, algo que se repite en muchas de las composiciones, y que, a nuestro entender, evita la rotundidad de la mayúscula, del inicio del discurso. Se trata, así, de proyectar las estrofas más allá del cuerpo del poema, como versos que existen en un periodo previo, imágenes y, en fin, recuerdos.
….Muy probablemente la personalidad arrebatadora de la ciudad de San Francisco ha tenido mucho que ver con el inconformismo de la obra de Lozada, la inquietud de la búsqueda, no del todo, sino de la nada, de la ataraxia casi mística, con un toque de comunión con la naturaleza:





consonancia, armonía
vida donde no había
brotarán de mi mutismo
y de las miradas vacías
que voy dejando por donde vaya
en este mundo que ya no es mío

….Ciertamente hay algo de filosofía hippie en este libro de poesía, compuesto por cinco partes: Recuerdos, Sueños anónimos (selección), Cuadro flamenco, Musas y Álbum. Se mezcla el voseo argentino (¿por qué cantás / tan dulcemente / robando las ocas lágrimas / que aún me quedan), el martinete flamenco (llanto, martillo y cobre se funden en el yunque), la inspiración nerudiana (recuerdos escarlatas y primaveras frondosas / de un jardín que una vez / me enseñaste / hace cinco o seis otoños), e incluso una letra para el Concierto de Aranjuez de Rodrigo (una vez / en un sueño / sentí tu llegar). También se percibe el gusto por las estrofas de tres versos, normalmente de arte menor, alguno claramente con pentasílabos y heptasílabos (está tronando / la lluvia se escapa / sin saber adónde va). Muchas de estas construcciones no tienen naturaleza de haiku, pero alguna sí tiene su articulación (se me escapa todo / busco refugio / en el ocaso donde a veces yo jugaba). Finalmente podemos encontrar hasta un soneto del más puro estilo áureo, con un mensaje indisimuladamente programático (de aventuras sin ventura me despierto por fin / mas sabed que sé quién he sido, quién soy y seré / siempre Alonso Quijano, vuestro amigo noble y fiel).
….Lozada nos ofrece, después de veinte años de espera, no un plato poético, sino una degustación minimalista de manjar exuberante: sonetos, letras musicales, haikus, fluir de la conciencia, incluso écfrasis (el sendero: una alfombra espesa y milenaria / de hojas desteñidas, casi blancas) y, naturalmente, la pieza maestra que representa “La dama de blanco”, para nosotros, verdadero icono de la poesía hispanofilipina actual, con la melodía de ili-ili de fondo.





por fin
se te acerca
su rostro
la has visto en un sueño perdido
la bella dama de blanco
con ternura
te ofrece la mano

….Certeramente Noël Valis señala en su excelente prólogo: En el fondo, y sin negar los elementos festivos de su obra, Recuerdos es profundamente elegíaco por la presencia implícita de la muerte (p. 8). Y quizás ésta es la forma más diáfana de describir, con una sola categoría estética, el cóctel poético ensayado en este libro pergeñado durante más de dos décadas: la música y el baile presentes, que claman sobre la infancia y la muerte ausentes. El recuerdo es, al fin, lo que hace a un hombre.

ISAAC DONOSO